«Desnortado» [des]CONFINAMIENTO (temporada 10)

Van ya 10 semanas de confinamiento, ahora rebajado que es algo así como una bebida fuerte aguada con un poquito de paseo regulado. Lo acepto como no podía ser de otro modo porque creo que no tengo otra opción, aunque he de confesar que cada día o semana que pasa me siento más y más desorientado, confuso, perdido, estúpido, desnortado… ¡Hay tantas cosas que no entiendo!

No soy político, jamás la organización de la Sociedad ha estado entre mis aficiones. Nutridos grupos de personas, entiendo que bien preparadas y decididamente vocacionales, llenan las asambleas y las tribunas de los pluriabundantes Consejos de Gobierno de Ayuntamientos sean estos minúsculos, medianos o más grandes, al igual que los correspondientes de Diputaciones provinciales, Cabildos insulares, Comunidades autónomas hasta llegar, en lo más alto de la pirámide, al del Parlamento español. Estas personas, especialmente preocupadas por nuestro bienestar, se dicen unas de izquierda, otras de derecha, con variantes en ambas franjas: extrema izquierda, extrema derecha, independentistas, nacionalistas, regionalistas, constitucionalistas… y no sé cuántas opciones más. Me parece bien y pese a que de vez en cuando veo que entre ellos se pelean (bueno, casi siempre; en fin, mejor cabría decir que constantemente) no me preocupo mucho porque entiendo que todos, sin excepción, se ocupan de mis / nuestros problemas.

Últimamente me surgen dudas sobre su actuación respecto a la dichosa pandemia. La verdad es que me marean y desconciertan las recomendaciones y contrarrecomendaciones que desde esas instancias llegan hasta mí: no mascarillas – sí mascarillas; sí guantes – no guantes; hacer test es conveniente pero no esencial – si no haces tests suficientes seguirás confinado sine die; salud por encima de la economía – economía por encima de la salud; y todo así.

Pero lo que más me ha despistado y justifica el título de esta entrega es el hecho de que todos nos dijeron que no había que mezclar la lucha contra la enfermedad con la política, que las responsabilidades políticas de la gestión habría que pedirlas y responder de ella una vez vencido el Virus, y de la noche a la mañana me encuentro con que a estos responsables políticos en el ejercicio del poder o en la oposición sólo les mueve la política y están utilizando la pandemia de mera excusa y auténtico rehén para sus pretensiones. Me pregunto: ¿Qué tiene que ver con la salud, la derogación inmediata de leyes laborales?, ¿Qué tiene que ver con la salud que se vuelva a reunir una mesa política?, ¿Qué tiene que ver con la salud que de inmediato caiga un gobierno?

No sé, no sé…, todo este bullicio exterior al que contribuyen. ¡y mucho!, los medios de comunicación me da dolor de cabeza, me marea, me está comiendo las neuronas, mi inteligencia veo que disminuye (¿o es la de ellos?)… Pero luego vuelvo a escucharles cómo, impertérritos, aseguran sin mover un músculo que todo se va a arreglar, que lo estamos haciendo muy bien, que ellos todo lo hacen por nuestro bien, que no hay que mezclar salud con política, que las responsabilidades políticas habrá que pedirlas cuando… O sea, lo de siempre. Ya te digo estoy cada día mas perdido, completamente desnortado.

Un comentario en “«Desnortado» [des]CONFINAMIENTO (temporada 10)”

  1. Hace ya años que vivimos en un clima político contaminado por la venganza, el «ya verás tú ahora lo que es bueno», las rencillas cronificadas, incluso el odio visceral. Ni la defensa de la salud de los ciudadanos, ni la condena de un acto terrorista logra unir esfuerzos y ponerse de acuerdo. Todo vale para aprovecharse de la «debilidad» o de los contratiempos el Gobierno. Ahora resulta que todos lo habrlan hecho mejor, sin ver lo que ha sucedido y sigue sucediendo en los países vecinos. Los poiticos de nuestro pais no tiene visión de Estado, solo vale derrotar al contrario. Deberían haber tomado ejemplo del gobierno portugués y de su oposición, que lo primero que hizo fue dar todo su apoyo y ánimos al presidente de su Gobierno.
    Aprovechar la desgracia general para atacar al Gobierno con fines electoralistas (llegando a acusar a su presidente de asesino) me subleva de tal modo que ni cerrando los ojos y apagando los oídos hallo consuelo. Yo también estoy desnortado por culpa de tanta información cambiante, y a veces contradictoria, y angustiado al ver cómo todos los partidos políticos quieren sacar tajada, de un modo u otro, aprovechando la debilidad del Gobierno para mantener una linea de actuación que, aunque nos pese, es la necesaria para acabar con esta crisis.
    Un abrazo.

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